domingo, 10 de julio de 2011

Pastores del Siglo XXI


Los pastores forman un grueso único e inseparable a todos elementos que conforman nuestro particular paisaje navideño. Preferentemente los recordamos para poblar los nacimientos y ejercer un papel de reserva tradicional cristiana frente a Papá Noel, el sorteo de la lotería o la comida familiar de Nochebuena.

Para acercarnos hoy a ellos necesitamos ir más allá del abrigo de piel de cordero o el haz de leña. Porque quizá entonces podemos descubrir que su itinerario de fe y su experiencia de vida es fascinantemente parecida a la nuestra.

De pronto, se juntó al ángel una multitud del ejército celeste, que alababan a Dios diciendo: ¡Gloria a Dios, paz a los hombres que él ama! " (LC 2,10.14).

El texto subraya la expresión de pronto, es decir, pone de relieve la irrupción de los ángeles como una iluminación repentina. De pronto, el que andaba perdido, se encuentra con su particular estrella; al que caminaba tirititando, se le abren las puertas de un hogar; el que creía no ser querido por nadie, se entera con asombro de que es objeto de una ternura que lo acoge.

Y ese notición provoca en ellos el cambiazo. Los que velaban en la noche quedan envueltos en el resplandor de la gloria de Dios; su gran temor desaparece ante el anuncio de una gran alegría. Lo que se les había anunciado era tan importante que debían ir inmediatamente. En efecto, lo que se les había dicho iba mucho más allá de lo acostumbrado. Cambiaba el mundo. Y cuando al final retornan a sus rebaños, ya no se menciona la noche, ni el frío a la intemperie, ni tampoco las noches de vigía porque el pesebre lo ha invadido todo.

Luego les tocará a ellos ponerse en camino hacia Belén y a nosotros emprender el nuestro, pero ya seremos distintos porque nuestro corazón ha sido inundado por la misericordia de Dios.

Les deseo una Navidad en Belén con los pastores.

Texto Joaquín Arévalo Alonso

Publicado en el Boletin nº1 EL NACIMINTO

No hay comentarios:

Publicar un comentario