miércoles, 3 de agosto de 2011

APADRINAMIENTO ASOCIACIÓN DE BELENISTAS DE ROTA ”CAMINO DE BELÉN”

A continuación iremos publicando el texto con el que D. Manuel Alcocer Caridad (Presidente de la Asociacion Belensita de Jerez) nos deleitó el dia que esta Asociacion se presento en sociedad. Queremos agradecer a D. Manuel y a la Asociacion que representa por participar en aquel dia tan importante para nosotros. Iremos publicando el texto en varias entregas. Esperamos que disfruteis de este texto tanto como lo hicimos nosotros aquel dia.

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La austeridad narrativa de los Evangelios, que describen el suceso más maravilloso de la historia de la humanidad, el Nacimiento de Dios, sin ningún lujo de detalles, ha sido la causa de que las primeras representaciones plásticas de este hecho extraordinario fueran tardías y escasas. La persecución de los cristianos en los primeros siglos de la era, fue otro factor que influyó sobremanera en que el Nacimiento del Salvador no tuviera una representación plástica extensa en los primeros años del cristianismo.

Un misterio impenetrable rodea el acontecimiento del nacimiento de Jesús. A la inexistencia de alusiones en los textos de historiadores de la época (ni siquiera hallamos alguna mención en los escritos rabínicos), se suma la parquedad en la narración evangélica. Una parquedad que se evidencia, como hemos dicho anteriormente, en la austeridad narrativa de los evangelios canónicos o inspirados en la escasa atención que en ellos se concede a tal hecho, e incluso, en su parcial aparición en los mismos. Y es que, entre los cuatro evangelios canónicos, tan solo dos tratan del nacimiento del Niño Jesús. Y estos dos se encuentran entre los sinópticos: el de Mateo, escrito en arameo, y el de Lucas, en griego. Dichas narraciones evangélicas no son propiamente históricas, sino reproducción directa de las primeras predicaciones de los apóstoles, lo que no es óbice para su fidelidad.

Mateo, llamado también Leví, era un recaudador de impuestos que siguió a Jesús con el reducido número de sus apóstoles. El arameo, la lengua de su escrito, era la más hablada en aquel tiempo en Judea, y Mateo, por su oficio, poseía un rudimentario estilo de escritura de la que otros apóstoles carecían. Su narración es escueta y se refiere al nacimiento en el capítulo I, versículos 18 al 23, y en el capítulo II, completo.

Lucas era un músico de cultura griega, convertido al cristianismo por los primeros predicadores en su ciudad natal, Antioquia (Siria), hacia el año 43 d.C. No conoció al Mesías, más acompañó al apóstol San Pablo y de él aprendió el mensaje evangélico.

Durante las prisiones que sufrió, Pedro le menciona tres veces, llamándole su colaborador y médico querido y, en vísperas de su martirio, recuerda que “sólo Lucas está con él”. Su narración comprende la Anunciación de María, la Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel, el Nacimiento de Jesús, la Circuncisión de Jesús, la Purificación de María, la Presentación del Niño en el Templo y finalmente Jesús entre los Doctores.

Paradójicamente, la fuente más frecuentemente escogida por los artistas para inspiración de sus obras, han sido los relatos de los evangelios apócrifos, no autorizados por la Iglesia, pero sí permitidos en las representaciones plásticas, ante las que la Iglesia se muestra singularmente permisiva.

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